En el mundo de la publicidad, donde la toma de decisiones rápidas y estratégicas es esencial, es fácil caer en la trampa de aparentar perfección. Sin embargo, aceptar nuestros errores en el liderazgo es una lección fundamental que puede transformar la forma en que dirigimos nuestro equipo y nos relacionamos con nuestros clientes y el mercado en general. En este artículo, hablaré de cómo abrazar nuestros errores nos hace más humanos, pero también fortalece nuestra credibilidad, fomenta la resiliencia y agiliza la resolución de problemas. Al aceptar nuestros errores públicamente, demostramos que estamos dispuestos a aprender y mejorar. Esta transparencia fortalece la relación con nuestros clientes y colaboradores, quienes pueden sentirse más seguros al saber que admitiremos y resolveremos problemas de manera efectiva. Nuestros colaboradores ven que somos capaces de cometer errores como ellos, lo que fomenta empatía y respeto.
Siguiendo la misma filosofía, cuando alguien de mi equipo comete un error, trato de darle retroalimentación constructiva para juntos encontrar una solución. Por supuesto, una vez resuelto el problema evalúo si es necesario o amerita aplicar alguna sanción, pero creo que el enfoque debe ser solucionar en vez de señalar. Al poner esto en práctica, motivamos a nuestro equipo a esforzarse y aprender de sus propios errores, lo que conduce a un ambiente de trabajo más saludable y colaborativo.
Aceptar los errores también acelera la resolución de problemas. Cuando negamos un error, perdemos tiempo valioso tratando de encubrirlo o encontrar excusas. Por el contrario, cuando lo admitimos podemos concentrarnos directamente en encontrar soluciones. Esta agilidad es esencial en la industria publicitaria, donde la rapidez de respuesta puede marcar la diferencia en la satisfacción del cliente y el éxito de una campaña. Sé que en algunos lugares está mal visto equivocarse, pero desde mi perspectiva un profesional no es aquel que nunca admite que se equivoca, sino el que acepta sus errores, los encara y resuelve. Por último, quiero dejar en claro que no es que celebre equivocarme o que lo hagan mis colaboradores, ni que lo quiera normalizar, pero somos humanos y en algún momento vamos a errar. Es necesario que cuando eso pase lo abordemos de la manera correcta para solucionarlo y aprender de ello. Al final, dicen que a veces se gana y a veces se aprende, pero si te equivocas y no aprendes nada, entonces sí perdiste.
¿Has enfrentado situaciones donde tú o alguien de tu equipo comete un error y lo encubre? ¿Qué opinas de esto? Leo tus opiniones y comentarios en chucho@birth.mx
Chucho Fernández - VP Operations & NB
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