La integración de distintas generaciones dentro de un mismo espacio de trabajo aporta consigo una variedad de valores, motivaciones y formas de comunicación que son fuente inagotable de creatividad dentro de una agencia de publicidad, pero también representa un desafío para crear un entorno de trabajo cohesivo, pues los intereses individuales se disparan en todas direcciones.
Después de pasar por diferentes equipos, agencias y líderes, estoy convencido de que para crear un gran lugar para trabajar se requiere más que buenas intenciones por parte de la agencia, pero también del colaborador. Construir un ambiente satisfactorio que no solo inspire creatividad, sino que también la sostenga a largo plazo, es uno de los briefs más complejos de resolver.
Nos guste o no, esta es una obligación compartida que requiere la colaboración activa tanto de las agencias como de sus colaboradores. En esta dualidad, es fundamental al menos tener un interés en común: el de la publicidad.
Es cierto que el mundo laboral ha evolucionado y, quizá, también la forma de vivir la vocación y con ella, los intereses y expectativas del colaborador. Hoy más que nunca, los colaboradores buscan flexibilidad y significado en su trabajo, buscan ser escuchados y valorados. Sin embargo, este deseo muchas veces se convierte en una demanda unilateral, donde la percepción de lo que se “debe” recibir eclipsa lo que se obtiene. Por ello, es esencial que la pasión por lo que se hace, en este caso por la publicidad, sea el punto de encuentro entre la agencia y el colaborador. Si existe dicho interés en común, se facilita la sinergia, se detona el diálogo y se produce valor bilateral.
Escrito por Ángel Sánchez- VP Creative de Birth Group Comentarios, dudas y reclamaciones: equipoeditorial@birth.com.mx
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